Pequeños

Son tan pequeños que se sienten ofendidos porque siempre trabajan los mayores ignorándoles en muchas ocasiones. Ellos piensan que están poco más que para hacer bulto, para ocupar un sitio que les pertenece, pero gratuitamente, porque no tienen que luchar por él. Creen, por lo tanto, que no sirven para nada, se sienten inútiles.
Empiezan el día como sus hermanos, los cuatro mayores no les dejan intervenir, los otros, en menos todavía porque recogen lo que no hacen aquellos.
Piensan, con razón, que no deberían existir ya que incluso a la hora del descanso también les impiden actuar. Ni siquiera en la comida son protagonistas para continuar con las obligaciones rutinarias que realmente no les pertenece.
Al terminar la jornada, se retiran aburridos, cabizbajos porque se repite lo mismo una y otra vez sabiendo que mañana todo será igual.
Lo único que les consuela es saber que al menos en sueños pueden ayudar y sentirse realizados, complacidos.
Saben que les ha tocado una amarga existencia debiéndose conformar con ser los dedos meñiques de ambas manos.

autor Fermosell m.s.

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